NIHIL OBSTAT: NAVY BRIDES

 

      Una boda que se prolonga hasta el amanecer, una boda a orillas del mar Mediterráneo, una boda en la tranquilidad del campo… Novias risueñas, alocadas, descalzas… ¿Por qué no? En los últimos años, las bodas han dejado de ser una ceremonia estrictamente familiar y protocolaria para convertirse en una celebración informal y divertida con tus seres queridos. Las futuras novias quieren bailar, sentirse guapas y seguir siendo ellas mismas en ese día tan especial. Una nueva generación de mujeres que quizás no se sienten identificadas con la oferta actual del sector nupcial y que buscan un vestido muy particular. Lejos de modelos más clásicos, románticos o bohemios, surge una nueva novia de esas que parecen que no se casan nunca pero que lo acaban haciendo. Amantes de la moda, conocedoras de las últimas tendencias y que buscan un diseño único, personal.
      En esta nueva línea, se descontextualiza el clásico vestido de novia para presentar conjuntos de dos piezas y monos. Blusas, tops o jerseys con faldas corola, faldas asimétricas o faldones, todo confeccionado con el máximo mimo y el patronaje más cuidado, tal y como marca el ADN de la casa. Tejidos fluidos como crêpe de seda o más estructurados como el tul de seda, fallas, otomán, organdí o batistas bordadas. También se juega con las transparencias y los escotes pronunciados en la espalda para que “la futura novia se sienta sexy, respetando siempre ciertos estándares”.
          Para esas mujeres, la firma de prêt-à-porter y confección a medida Nihil Obstat ha ideado una nueva colección dedicada a “una novia moderna,jovial y actual”, explica Armiche Rodríguez, fundador y director creativo de la marca. Desde su íntimo atelier (Calle Serrano Anguita, 18), su equipo y él han visto pasar infinidad de novias y son conscientes de que “ha cambiado el perfil de clienta. Cada vez más, acuden a su taller mujeres jóvenes que quieren alejarse de los estilos impuestos por el mercado”, añade. Por esa razón, Armiche Rodríguez se ha planteado una nueva meta: vestir a esa nueva generación de novias. Para ello, se ha desvinculado de patrones y volúmenes clásicos con los que han trabajado en anteriores colecciones como Ethereal Pleasure (P/V 2015) para abrazar una estructura diferente. “Como diseñador y como atelier quería un reto. Conseguir un vestido de noche, más que un vestido de novia típico”, añade el diseñador canario. Para este 2016, el mayor desafío ha sido “lograr una línea más actual y contemporánea sin perder de vista la costura tradicional”. Reducir cortes, pero conseguir el mayor volumen con la menor tela posible y otorgando un gran énfasis al patronaje. “Se trata de una gran labor de modelado sobre maniquí o draping. Manualmente se colocan los alfileres para dar con la forma deseada y conseguir cortes más orgánicos y un volumen tridimensional que no se consigue sobre mesa o por ordenador”. Aunque algunos detalles siguen recordando al trabajo de Cristóbal Balenciaga como la manga japonesa o los bajos asimétricos —más cortos por delante que por detrás—, en esta ocasión, Armiche se ha inspirado en el trabajo de Geoffrey Beene. Un gran diseñador estadounidense de los años 70 y autor de los excéntricos looksde la fiebre del sábado noche que se podían ver en las fiestas de Studio 54. “De él, hemos recuperado los cortes puristas, los vaciados en las prendas, esa estética sporten los vestidos y la sensualidad femenina”, añade Armiche. .
       Atrás han quedado esas novias etéreas, delicadas y románticas para dar paso a una mujer decidida que se anticipa a las modas como si de una auténtica it girl se tratara.

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